"El Gran Discurso"
por: Denise Dresser
Nos ofrece un excelente diagnostico de lo que llamamos la problemática nacional, en el cual plantea que la mayoría de los mexicanos vivimos con la mano extendida esperando a que llegue el próximo político que con su generosidad nos llene de promesas que jamás cumplirán, esta generosidad del estado produce personas impuestas a recibir en lugar de participar ciudadanos vasijas, resignados a tomar los poco que depositan en ellos, por que la economía no crece lo suficiente, por que el país no avanza y el tiempo transcurre y lo pobres no dejamos de serlo, el hecho de el por qué en México es difícil saltar de una clase a otra.
Como lo revela un estudio reciente hecho por el banco interamericano de desarrollo, que el hijo de un obrero solo tiene el 10 % de probabilidad de convertirse en profesionista, esto significa que nacer en la pobreza es morir en ella.
Vivimos en un país dividido, atorado, que no educa a su población, un país con mucho petróleo pero pocos ciudadanos participativos, un país de empleados en vez de emprendedores, desde ase cientos de anos México le apuesta a los recursos naturales y a la población mal pagada que las procesa; un sistema que protege el capital por encima del trabajo, donde no hay gobiernos eficaces, donde no hay partidos que se centren en el capital humano.
Tenemos un sistema político, social, cultural basado no en el merito si no en las relaciones, no en la excelencia si no en los contactos, donde importa menos el grado que el apellido, donde los puestos se adjudican como recompensa a la lealtad y no al profesionalismo, donde las puertas se abren para los disciplinados y no para los creativos, esto hace que se frene la competitividad del país ante un mundo globalizado llevando la frustración a las calles, reforzando la desesperanza de lo más desposeídos. Aumentando el índice de migración hacia el país vecino donde 1 de cada 5 mexicanos radica en Estados Unidos.
Todo esto nos hace a reflexionar en donde estamos y a donde queremos llegar como país, como sociedad y como personas, de exigir a las autoridades el verdadero cambio, el cambio que tanto prometen y nunca llega, en las próximas elecciones votemos por México, por un país en donde se erradique la pobreza, un país de igualdades.